En Vives de la Cortada podéis encontrar varias líneas de joyería: la joyería de importación, la joyería de autor y la joyería de diseños exclusivos de producción propia.
La joyería de importación procede de Bali, India y Tailandia, y consiste en cabujones y facetados montados en plata o en filigranas. En éste tipo de joyería se persigue la uniformidad, puesto que es la piedra la que se trabaja para adaptarla al montaje.
La joyería de autor destaca por su originalidad y por sus diseños especiales, como sería la Colección Gotland, inspirada en una joya vikinga del siglo XI.
Para la línea de joyería exclusiva de producción propia seleccionamos gemas, minerales y cristales en bruto o pulidos que marcan la diferencia por su calidad, forma y rareza, y diseñamos para cada uno un montaje específico y único, ya sea en forma de anillo, colgante, pulsera o pendientes. Para este trabajo contamos con la colaboración de joyeros locales que artesanalmente confeccionan a mano cada una de las piezas haciendo de cada joya algo único, con lo que nunca habrá dos de iguales.
Existen múltiples técnicas para la elaboración de la joyería, donde a partir de la plata en lingotes o en placas se trabajan y se consiguen diferentes modelos y diseños, ya sea con gemas en bruto como con gemas pulidas y talladas.
Para la joyería con gemas pulidas primero hay que dar forma a la piedra mediante el proceso de lapidación. Hay que tener en cuenta las propiedades físicas y ópticas de la piedra, como la dureza, la exfoliación y el color, ya que éstas propiedades serán las que determinaran los métodos de corte y pulido. La lapidación de la piedra consiste en cortarla con una sierra o cortadora de disco de diamante, después se desbasta la piedra con otra máquina de cuatro discos para empezar a darle forma, y por último se tallan y pulen las facetas hasta que la superficie pueda apreciarse lisa y brillante.
Podemos encontrar dos tipos de tallas en joyería, las tallas facetadas con facetas planas y los cabujones con superficies curvas. Éstas últimas permiten apreciar efectos ópticos especiales de estrella, ojo de gato o arco iris, de algunas piedras como la blackstar, la obsidiana, la piedra luna, el crisoberilo y algunos rubís y zafiros.
Los collares y pulseras de mineral están montados de forma artesanal con la técnica de la japonesa, que consiste en un enfilado con nudos y cierre, una técnica muy valorada por su acabado elegante y resistente, y por ser practicada por un número reducido de profesionales, que normalmente adquieren dicha técnica por transmisión. Este tipo de montaje permite, en caso de rotura del collar o pulsera, no perder ningún abalorio, al quedar anudados uno por uno. Este procedimiento sirve tanto para collares como para pulseras, si bien estas últimas pueden montarse también con hilo de silicona, que permite elasticidad a la pieza y un carácter informal.