Normalmente el mineral en bruto no suele tener un aspecto muy llamativo y pocas personas lo hallan interesante, aunque sea ya atractivo por su belleza natural. Es por esta razón que a algunos minerales se les da diferentes tratamientos y formas mediante los procesos de corte, talla, pulido y rodado, con máquinas y herramientas especiales, dependiendo siempre de la dureza y composición de cada mineral.
Para cortar minerales de una dureza alta se necesita un disco o sierra de diamante. En el caso de los rodados pequeños, primero son clasificados por tamaños y después pulidos con el tambor giratorio de arena de carburo de silicio.
Las gemas más vistosas y de calidades más altas son las que suelen usarse para la elaboración de la joyería con mineral. En el proceso de corte y pulido de las gemas para la joyería, llamado lapidación, hay que tener en cuenta las propiedades físicas y ópticas de la piedra, como la dureza y la exfoliación. El proceso de lapidación consiste en cortar la gema con una sierra o cortadora de disco de diamante, empezar a darle forma con una desbastadora, y por último se talla y pule hasta quedar lisa y brillante.
Para resaltar los colores y los efectos ópticos, las gemas suelen tallarse en forma de cabujón o en forma de facetado. Los cabujones se tallan con un lado redondeado y el opuesto en forma plana. En el caso de la piedra luna y la labradorita, la forma de cabujón permite apreciar mejor los reflejos de colores. En el caso de las piedras transparentes la talla más utilizada es el facetado, tallando la superficie en varias caras planas que potencian la belleza y el brillo de la piedra.