Las turmalinas son un grupo de cristales mixtos dentro de la familia de borosilicatos, compuesto por once especies, entre ellas la chorlo (negra), la elbaíta (rosa, roja, verde, azul) y la dravita (marrón). La elbaíta es la especie más valorada por sus variedades cromáticas, entre las más conocidas están la indigolita (azul), la rubelita (rosa o roja), la turmalina sandía (interior rosa y superficie verde), la verdelita (verde).
Las turmalinas se caracterizan por tener una composición variable entre ellas aunque tienen la misma estructura cristalina. La más abundante es la turmalina negra y opaca, llamada chorlo y catedral. Sus cristales suelen ser prismáticos y suelen encontrarse en pegmatitas, en granitos, en filones hidrotermales y en filones pneumatolíticos. La turmalina es un mineral utilizado en la industria por sus propiedades piezoeléctricas.
Yacimientos: Brasil, India, Afganistán, Estados Unidos, Canadá, México, Namibia, Rusia, África y Madagascar.
La turmalina se considera una piedra de limpieza, protección y transformación. Sea cual sea la dolencia del cuerpo físico la turmalina ayuda a regenerarlo y equilibrarlo a nivel energético. Se dice que la fuerza de la turmalina es debida a la forma de sus estrías paralelas, las que transforman las energías densas e incrementan la vibración. Existen turmalinas de diferentes colores y cada una tiene sus características.
La turmalina azul o indigolita se utiliza preferentemente en los chakras de la garganta y tercer ojo, estimulando o equilibrando la comunicación. Suele utilizarse para sanar las afecciones de los ojos, para desinflamar y para los dolores de cabeza, de muelas y de oído.
La turmalina negra se considera la piedra de protección por excelencia. Absorbe las energías densas y las dirige hacia la tierra para ser transmutadas. Se recomienda utilizarla en su forma natural de cristalización. Las características de la turmalina negra hacen que sea un mineral muy utilizado en espacios donde se hacen terapias, curas y sanaciones. También en lugares donde se quiere mantener el ambiente energéticamente limpio o neutralizar las ondas electromagnéticas.
La turmalina roja o rubelita va asociada a los chakras 4º y 1º. Es una piedra de sanación y revitalización del corazón. Trata el sistema reproductivo, fortalece la capacidad de comprender el amor y potencia la actividad sexual.
La turmalina rosa se asocia al chakra corazón. Activa el amor propio y la confianza. Se dice que es como un bálsamo para el corazón tanto a nivel físico como espiritual.
La turmalina sandía es el cristal ideal para el chakra del corazón pues en un solo cristal aúna la energía y la fuerza de dos (verde y rosa). Armoniza, suaviza y activa el 4º chakra. A nivel curativo se dice que potencia la regeneración nerviosa.
La turmalina verde se considera una piedra de sanación y transformación. Se dice que es una gran activadora, que promueve la apertura del corazón y la prosperidad. Se usa para relajar, para calmar la mente, para favorecer el sueño y para reforzar el sistema inmunitario. También suele usarse para mejorar la salud y crecimiento de las plantas.