La sugilita, también conocida como luvulita, es un silicato hidratado de litio, potasio y sodio, con inclusiones de hierro, manganeso y aluminio. A veces se encuentra junto con otros minerales como apatito, zircón y albita. La sugilita aparece en yacimientos metamórficos de manganeso. Su formación suele ser granular o masiva, aunque a veces también se presenta en forma de cristales prismáticos muy pequeños.
El nombre de sugilita proviene de uno de sus descubridores, el petrólogo japonés llamado Ken-ichi Sugi. Se tiene constancia de ella desde 1944, pero no fue reconocida como mineral hasta 1976.
Yacimientos: Canadá, Japón, Sudáfrica, Rusia, India e Italia.
La sugilita representa el amor espiritual y la sabiduría. Acompaña en las búsquedas espirituales y ayuda a encontrar respuestas a las grandes preguntas de la vida. Se la considera una piedra de sanación en todos los niveles (cuerpo, mente y espíritu), gracias a su fuerza transmutadora. La sugilita fomenta el pensamiento positivo y ayuda a sanar desequilibrios psicológicos y de aprendizaje. A nivel curativo se dice que alivia el dolor de cabeza y limpia la sangre de toxinas.