La serafinita pertenece al grupo de minerales llamados cloritas, formadas por alteraciones de origen hidrotermal y metamórfico de silicatos de aluminio, hierro y magnesio. En concreto es una variedad de clinocloro. El color verde oscuro de la serafinita se combina con un brillo plateado resultado de las inclusiones de mica.
Yacimientos: Estados Unidos, España, Suiza, Rusia, Turquía e Italia.
El color verde de la serafinita, propio de la mayoría de las cloritas, le confiere unas propiedades armonizadoras, neutralizadoras, de limpieza y conexión con el chakra del corazón. Se asocia a los seres angelicales y se dice que es de ayuda en la evolución espiritual y en la autocuración.