Las micas son uno de los minerales más abundantes, y generalmente se encuentran en rocas ígneas y metamórficas. Son aluminosilicatos potásicos hidratados, con sodio, litio, hierro o magnesio, dependiendo de las variedades. Pertenecen al subgrupo de los filosilicatos, láminas de tetraedros unidos entre sí con enlaces débiles. Su exfoliación es perfecta, con láminas finas y flexibles separadas.
Dentro del grupo de las micas hay diferentes variedades, entre las que destacan la moscovita (blanca, gris, amarilla, verde, rosa o rojiza), la lepidolita (lila, rosa, blanco-gris), la glauconita (verde-azulado), flogopita (blanca, amarilla, rojiza) y la biotita (blanca, marrón, negra, amarillo, verde oscuro).
Yacimientos: Brasil, Rusia, Canadá, India, China, Japón, Estados Unidos, Escocia, Canadá, Alemania, Suecia, Australia, México, Madagascar y República Checa.
La mica se considera una piedra mística que favorece la intuición y la visión psíquica. Se dice que tiene la propiedad de reflejar los espejos que proyectamos fuera, aquello que nos cuesta reconocer como propio, para transformarlo e integrarlo. Ayuda a abrir el chakra corazón al amor incondicional.
La mica también representa el equilibrio y la flexibilidad. Facilita la comunicación, la claridad y la autoimagen.
A nivel curativo se dice que la mica ayuda a regular el hambre, a dormir bien y a aliviar las alergias.