La moscovita es el mineral más abundante del grupo de la mica. Suele ser incolora, blanca, plateada o marrón claro, y a veces también de color verdoso, rojizo o rosa claro. Forma cristales tabulares de seis caras, y a veces también lamelares, escamas y agregados en forma de roseta o estrella.
Es un aluminosilicato potásico hidratado y se encuentra en rocas ígneas, metamórficas o esquistos. Pertenece al subgrupo de los filosilicatos (láminas de tetraedros unidos entre sí con enlaces débiles). Su exfoliación es perfecta, con láminas finas y flexibles separadas.
Yacimientos: Suiza, Rusia, India, Austria, República Checa, Brasil y Estados Unidos.
La moscovita se considera una piedra mística que favorece la intuición y la visión psíquica. Se dice que tiene la propiedad de reflejar los espejos que proyectamos fuera, aquello que nos cuesta reconocer como propio, para transformarlo e integrarlo. Ayuda a abrir el chakra corazón al amor incondicional.
La moscovita también representa el equilibrio y la flexibilidad. Favorece la comunicación, la claridad y la autoimagen.
A nivel curativo se dice que la moscovita ayuda a regular el hambre, a dormir bien, a restablecer el equilibrio del páncreas y a aliviar las alergias.