La lepidocrocita pertenece a los minerales de mena de hierro. Forma drusas a partir de cristales tabulares finos, rosetas y agregados radiales, compactos, densos, de color rojo rubí a rojo amarillo. Aparece junto a la limonita.
El nombre de lepidocrocita viene del griego "lipis", "escama" y "krokis", "fibra", haciendo referencia a su hábito.
Yacimientos: España e India.
La lepidocrocita se considera una piedra-puente entre la conciencia y la materia. Favorece la integración de la espiritualidad en la vida práctica. Ayuda a equilibrar y alinear los chakras y a activar la intuición. Ayuda a reconocer las propias virtudes y talentos, y a enfocar en el camino auténtico del ser.
La lepidocrocita es indicada para calmar y equilibrar la mente, disminuir la confusión mental y la negatividad, infundiendo amor incondicional. A nivel físico se dice que favorece la regeneración celular, los órganos reproductores y el hígado.