La celestina es un sulfato de estroncio, aunque a veces el estroncio puede ser sustituido por el bario. Su nombre proviene del latín "coelestis" que significa "celeste", haciendo referencia a su color azul claro. La celestina más conocida es la de color azul, pero también hay celestina de color blanco, amarillo, rojo, verde y marrón claro. Sus cristales son tabulares y de un brillo vítreo. Se encuentra en filones hidrotermales y en rocas sedimentarias. En Madagascar se encuentran los depósitos más importantes de celestina.
Yacimientos: Madagascar, México, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Perú, Austria y Alemania.
La celestina se considera una piedra de vibración elevada que conecta con el mundo espiritual. Tiene una energía suave y calmante, parecida a la aguamarina. Aporta claridad y una comunicación fluida. Infunde paz y suele ser adecuada para la meditación y para los procesos creativos. Es una piedra que impulsa a evolucionar y a avanzar.