El aragonito o aragonita es un carbonato de calcio con la misma composición química que la calcita pero diferentes en su estructura cristalina. Al ser un mineral inestable y soluble al agua, a lo largo del tiempo el aragonito puede convertirse en calcita. Los cristales del aragonito son rómbicos y suelen encontrarse maclados, aunque también los hay en forma estalactítica, radial y columnar. El aragonito suele ser de color marrón, blanco, incoloro, gris, azul, verde, violeta o amarillo. Se encuentra en zonas de oxidación, en cuevas, en grietas de rocas volcánicas y en depósitos de fuentes termales. También se encuentra habitualmente en las conchas y caparazones de muchos invertebrados marinos.
El nombre aragonito se debe a los ejemplares de aragonito encontrados en 1788 en Molina de Aragón (Guadalajara), por el mineralogista Abraham Gottlob Werner.
Yacimientos: España, Marruecos, Namíbia, Gran Bretaña, Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Hungría, República Checa, México, Austria y Grecia.
El aragonito se considera una piedra sanadora y estabilizante. Favorece la conexión con la madre tierra y simboliza la conservación y la vitalidad. Ayuda a centrar y asentar la energía para un funcionamiento más tranquilo, pragmático y equilibrado. El aragonito representa la tolerancia con uno mismo y con el entorno, aportando un estado de tranquilidad interior.